Curso de Arte Contemporáneo III

Curso de Arte Contemporáneo III
Curso de Arte Contemporáneo III, Universidad Católica. Profesor Abelardo León de Temuco

viernes, 24 de junio de 2011

Identidad y Tradición. Reinventarse para no desaparecer

Por Erich Riquelme Viveros
Como nos dice Michel Foucault, ante el problema de la porfía en el concepto de identidad, no precisamos de “una teoría del sujeto consiente, sino una teoría de la práctica discursiva” (Foucault, 1970) ante esto, entendemos que los procesos de consolidación identitarios pasan por una validación discursiva frente al otro, y que ésta depende de la imagen y manera en la que nos comunicamos y nos desarrollamos en sociedad, que condiciona, por lo tanto, nuestros propios procesos identitarios. Debido a esto pasa a ser mas importante nuestra validación como sujetos en sociedad, que nuestra propia identidad cultural, como se ve en demostrado en la persistencia de grupos étnicos que se validan utilizando elementos ajenos a sus tradiciones.
Observemos por ejemplo la poesía mapuche, que puede ser en principio cuestionada por el hecho de que no respeta la tradición específicamente oral del mapudungun, y ocupa elementos ajenos a su propia cultura, como lo es la escritura, para revalidarse adaptándose y reinventándose en la hibrides cultural propia de este siglo. El poeta mapuche, por lo tanto, adopta la escritura y la poesía como eje central de consolidación entre el ser interno y la comunidad global. Para él, es la propia manifestación del alma la que aparece al escribir poesía, en la mayoría de los casos bilingüe, tratando de hacer presentes en su obra las palabras que ancestralmente fueron narradas por los antiguos, sus abuelos y padre que les hablaban de los comienzos del hombre y el valor de la naturaleza reunidos junto al fuego de la ruka.

Elicura Chihuailaf (1999) nos habla desde dentro de la tradición oral propia de su cultura, y acerca de esta misma. Valiéndose de la poesía como eje central para relatar y dialogar desde alma. “La poesía -que es el lenguaje primordial-, y todo lo "contaminado" con ella, es la mejor expresión del permanente diálogo entre el espíritu y el corazón. Es el Poder de esa Palabra la que aún nuestras culturas siguen considerando como lo más valioso en cualquier tipo de manifestación humana y, por lo tanto, natural                                             (Chihuailaf , 1999: 29).

Así podemos entender la utilización de la poesía como diálogo desde alma con la humanidad y transportándonos hacia el mundo interior, el reflejo del espíritu de los antepasados.
Los pueblos originarios han debido adaptarse a las nuevas formas de vida, y en muchas practicas artísticas se han visto obligados a agregarles valores que responden a conceptos políticos y mercantiles que fuerzan a las practicas tradicionales y desinteresadas del arte indígena a limitarse a la simple mercantilización de los productos, lo que por consecuencia, lleva a que el arte se vuelve un factor fundamental en la economía básica de estos pueblos. Angelica Wilson (1992), acerca de la labor textil mapuche nos dice “que para hablar de los tejidos se alude simultáneamente, a la economía, a la estética, a lo religioso y a lo social de esta cultura.”

Con este mural el artista británico BANKSY nos quiere ejemplificar como la sociedad moderna limpia de la conciencia artística de los pueblos originario, sin pensar en el valor estético, mágico y ancestral que ahí detrás.
El capitalismo entra fuertemente en la producción artística condicionándola muchas a veces a ser la comercialización del arte tan importante para el arte mismo que los propios artistas han buscado formas de reproducción mucho más efectivas. Si bien en muchos casos la reproductibilidad y serialización en el arte nos lleva a recordar con nostalgia la magia que ahí detrás de la pintura mas tradicional y de la creación de imágenes originales por sobre la explotación de estas, debemos, sin embargo, destacar la utilización de conceptos como serialización, reproducción y copia, se incorporan en la obra misma como significantes. 
Entendemos que el artista desde cierto momento histórico pasa a tomar un papel mucho más participativo y activo en los temas sociales y la sociedad en general, y pasa de ser un  espectador y creador de mundos mágicos y oníricos a pararse con una visión mas critica y participativa en los asuntos políticos y sociales que afectan a la humanidad.

Este nuevo rol critico y participativo que de alguna forma aterriza al artista moderno, con todas las revoluciones, sociales, sexuales, juveniles y  políticas que se han ido gestando a lo largo del siglo XX, es de lo que nos habla Hal Foster en el capitulo 6 de su libro el retorno a lo real, las vanguardia a finales de siglo (2001) donde propone la imagen de este nuevo artista como etnógrafo con una fuerte misión social, según Walter Banjamin, el artista debe interactuar con el proletariado, y unirse a su lucha, utilizando las “técnicas” persuasivas de los medios de comunicación tradicionales, y atacar desde adentro el “aparato” de la cultura burguesa, los que nos lleva a volcar la miara hacia la labor critica y social que tiene el artista desde dentro de la misma cultura, vale decir como productor de imágenes (y acciones), que conlleven un finalidad por sobre el placer estético e importancia de la realización técnica de la obra.  

Podemos concluir, que a partir de lo anteriormente señalado, cambian radicalmente las funciones del arte y el artista propiamente tal. La producción de Arte ya no se inscribe necesariamente a la producción plástica de imágenes y formas con un fin estético. El placer estético y la utilización de la técnica, o el metalenguaje antes utilizado en la composición artística, pasa ahora a un segundo plano. Es por esto que la producción de obra ya no es necesariamente vista desde la producción de imagen a manera de que esta sea una producción original e irrepetible si no como una representación o respuesta a problemas sociales. Es  por esto que la identidad del artista aquí se ve normada através de los procesos culturales que este mismo vaya teniendo, y va siendo mediada por su relación con el ambiente y la comunidad, en temas como la tradición étnica en la producción artística, como hemos visto anteriormente, esta se ve mediada por factores ajenos a los procesos creativo que se vivían anteriormente, y el artista indígena pasa a modificar la identidad propia de su cultura, reinventándola para no desaparecer.
Bibliografía:
  • Chihuailaf, E. (1999). Recado confidencial a los chilenos (1ra ed.). Santiago de Chile: LOM
  • Hall, S. & Paul du Gay (1996). Cuestiones de identidad cultural. Buenos aires, Amorrortu Editores.
  • Foster, H.  (2001) El retorno de lo real. Madrid, Akal.
  • Carrasco, H. (2004). Crítica situada: el estado actual del arte y la poesía Mapuche. Temuco, Chile: Universidad de la frontera.
  • Wilson Angelica (1993). Arte textil mapuche: arte de mujeres: [catalogo]. Santiago, Chile: Centro de Estudios para el Desarrollo de la Mujer.


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